Buckcherry at the Electric Ballroom, Camdem Town, London, 14-06-2011.

Aprovechando la temporada de festivales veraniegos, Buckcherry están de gira europea y esta tarde tocaban en el club Electric Ballroom de Londres.

La velada la iniciaba un grupo de punk rock con aires hardcoretas llamados G.U. Medicine. No sonaron mal, pero tampoco me volvieron loco.

Siguieron Slaves to Gravity, un grupo de rock modernillo. Nunca entenderé la moda de tocar “entrecortado” que siguen la práctica totalidad de bandas del nuevo milenio. Las canciones, precisamente pro ser de ese estilo tan marcado me resultaron un poco mediocres. El cantante reclamaba una colleja a gritos, el típico modernillo que se comporta sobre el escenario como si tuviera un ataque de epilepsia, bastante poser. La parte positiva era la sólida base rítmica (aunque un tanto monótonos) y el guitarra solista que en cierta medida me recordaba al sonido soundgarden.

Pero lo que había ido a ver era a Buckcherry, una de las últimas bandas de rock sucio y guarrote realmente buenas que han salido en los últimos años. Los californianos saltaron a escena tocando temas de sus tres últimos discos, «Out of Line», “Rescue Me”, “All Night Long”, “Everything”, «Dead» y «Oh My Lord» en lo que fue la primera parte del concierto. Todo estaba bien, el sonido, el grupo cumpliendo… pero era eso, daba la sensación de que estaban cumpliendo, más que ofreciendo un concierto realmente matador.

Debo decir que ésta era la segunda vez que los veía (la primera en el Kobetasonic de 2009) y me quedó la misma impresión en las dos ocasiones: les cuesta entrar en calor. Tanto en aquel Kobeta del 2009 como esta noche, la banda empezó un tanto fría. Tocan esas primeras canciones correctamente, suenan bien, pero la sensación es de cierta frialdad, como que no salen a darlo todo, que están reservando energías.

Pero de pronto llega un tema en el que se desmelenan y se convierten en un ciclón imparable. En este caso esa transformación sucedió durante uno de los singles del disco que venían a presentar: “It’s a Party”. Fue dicho y hecho, así como Josh Todd pronunció las palabras mágicas, la banda, él mismo y por contagio la audiencia, se transformaron en una versión mucho más loca, agresiva, salvaje y desinhibida de sí mismos y eso pasó de ser un buen concierto sin más a ser una auténtica fiesta de rock and roll. Y una vez en caliente, que no pare la cosa, atacaron una de las mejores canciones de “15”, probablemente su disco más exitoso, “Next To You” y, sin tiempo para respirar, su primer single y gran éxito, “Lit Up”, en el que Keith Nelson se destapó con un gran slide. Además, aprovechando la parte intermedia de la canción, Josh nos contó una bonita historia acerca de “Lit Up”. La canción trata de la primera vez que probó cocaína, una divertida noche de viernes en el sur de california. Nos contó que aquella noche fue una noche de esas especiales porque descubrió algo realmente importante: tras tomar cocaína podía beber más.

Y aprovechando que estaban en racha cayeron varias canciones antiguas más, en concreto “Slammin’” del gran disco y fracaso comercial “Time Bomb”, y otra del primero “Dirty Mind”. Es de agradecer que estén recuperando temas de estos dos discos antiguos, ya que son de lo mejor que han hecho, y los tenían un poco olvidados desde que renacieron en su segunda formación. Una animada canción del nuevo llamada “Recovery”, y otro gran momento con la balada “Sorry”, otra de las canciones que más éxito les han reportado. Y para concluir, Josh veía a gente sexy por todas partes, se acordó de que incluso los congresistas de USA twitean fotos de sus pollas, y tras darse cuenta de que el mundo no lo mueve la pasta sino el follar, se lanzaron de cabeza a por una “Crazy Bitch”. Y tras una buena sesión de folleteo funki-rocandrrolero, abandonaron el escenario unos instantes.

Cuando regresaron para el bis, se lanzaron a por otras dos canciones de su maravilloso álbum de debut, en primer lugar “Borderline” y para finalizar, Josh nos consultó qué queríamos oír, y decidió que tocaba “Crushed”.

Hora y cuarto de concierto, los primeros 20 o 30 minutos un poco más fríos, pero desde que entraron en calor, una gran fiesta de rock and roll sucio, guarrote y salvaje como a todos nos gusta y sólo unos pocos pueden ofrecernos.

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