Mötley Crüe – Saints of Los Angeles (2008).

A mediados de año vio la luz el que, a la postre, ha sido el mejor disco del año (y de la década), «Saints of Los Angeles» de mis amados Mötley Crüe. Había expectación, puesto que era su primer disco con la formación original en 11 años. Los precedentes discográficos no habían cumplido todas las espectativas de los fans (ni su primera reunión, «Generation Swine», ni el disco sin Tommy Lee, «New Tattoo», contentaron a todo el mundo, pese a ser dos buenos discos), sin embargo, el excelente momento de forma que mostraron durante la gira de reunión «Carnival of Sins» era un gran presagio, aunque el aire moderno de los temas nuevos del recopilatorio “Red, White and Crüe”, editado para aquella ocasión, me hacían ser receloso. Eran buenas canciones, pero un disco nuevo, entero, de Mötley Crüe necesita más garra.

Poco a poco se fueron filtrando cosas, primero unos segundos del primer single “Saints of Los Angeles” y sólo con eso ya sabía que estaba ante algo que sería grande. Ese estribillo recordaba a “Kickstart My Heart”, y eso es lo que quería oír. Poco a poco se fueron filtrando más samples de otros temas, y la presentación del single, con el videoclip y actuación en la TV estadounidense en directo junto a los vocalistas de las bandas que les acompañarían todo el verano en su propio festival (Josh Todd de Buckcherry, y los vocalistas ded Papa Roach, Trapt y James Michael, el vocalista del grupo paralelo de Nikki Sixx, Sixx AM, coautor en la mayoría de los temas del disco, y productor del mismo).

Por fin cayó en mis manos, y finalmente superaron todas las expectativas, con un disco que es una auténtico recopilatorio de Hit Singles en potencia, que suena moderno y glam a la vez, que derrocha violencia y actitud y donde el trabajo tanto de Tommy Lee a las baquetas como de Mick Mars con las guitarras es espectacular.

Quiero hablar un poco de ellos. Mick está sencillamente espectacular a lo largo de todo el disco. No es un guitarrista corremástiles, pero la evolución que ha seguido a lo largo de toda su carrera es impresionante. Durante el tour “Carnival of Sins” ya dejó buena muestra de su evolución musical, dotando a los viejos temas de nuevos sonidos, efectos y matices, siendo el más destacado a nivel musical de la banda; y en este disco no hace sino refrendear todo eso. El suyo en “Saints of Los Angeles” es uno de los trabajos más espectaculares que he oído a un guitarrista en muchos años. Y no se trata de virtuosísmo estéril, sino de dar cuerpo a los temas, conseguir el efecto adecuado, diferentes matices, el sonido adecuado. Premio al guitarrista del año.

Y si el trabajo de Mick Mars es espectacular, qué decir del de Tommy Lee. Este tipo es el mejor batería de Rock and Roll, de Hard Rock y de Heavy Metal del planeta, y probablemente de todos los tiempos. Y en este disco está uno de sus mejores trabajos. La fuerza de su pegada, la soltura con la que toca, su variedad de recursos, no tienen igual en el panorama rockero actual.

Pero este “Saints of Los Angeles” no es un disco de virtuosos, es un disco de CANCIONES, tocado por una banda en un momento espléndido de forma y con una producción de otro planeta (pero no del planeta de Axl Rose 😀 ), pero un disco de canciones al fin y al cabo.

Y es un disco de una banda de escoria callejera, de tipejos, ratas de cloaca, White trash, que creyeron en sí mismos, que le dedicaron un gran FUCK YOU al planeta tierra y triunfaron por el camino. Y “The Saints of Los Angeles” es un resumen de la vida de esta banda. La banda que convirtió el comportamiento animal en una forma de arte, la banda que todo el mundo odia, la que murió varias veces y resucitó otras tantas, la banda más salvaje y peligrosa que haya girado por el planeta.

El disco comienza al estilo de su gran éxito de 1989 “Dr. Feelgood”, con una intro que esta vez es un pequeño homenaje a otro loser, Johnny Thunders, “L.A.M.F.”. Como un hijo de puta. Título de uno de los discos del gran Johnny.

Vince nos da la bienvenida y nos prepara para lo que vamos a oir de esta forma: “This City, full of Plastic Angels, Will Seduce You, Wellcome to Los Angeles”. Y una línea de bajo poderosa se adueña de los altavoces y penetra en tus oídos, mientas unas voces, lejanas en principio, que se acercan van repitiendo “It’s a dirty job, but someone’s gotta do it”, hasta que Vince llega a tu altura y te lo berrea en los oídos, mientras una explosión de violencia sónica pone la maquinaria a trabajar a todo trapo.

“Face Down in the Dirt” es toda una declaración de intenciones, te dejan clarinete quienes son desde el principio. “No quiero un trabajo real, NO QUIERO SER TÚ, preferiría estar muerto, boca abajo en la mierda y con una bala en la cabeza.” Esos son Mötley Crüe, lo tomas o lo dejas. Los amas o los odias, y aunque los odies y los desprecies, nunca lo harás tanto como ellos a ti.

Son mierda, lo saben, y eso es lo que les permite hacer las cosas a su manera. No tienen nada que perder.

Con “What It’s Gonna Take”, un tema con un sonido deliciosamente glammie, nos llevan a sus comienzos como banda y a lo que tuvieron que luchar, creyendo en sí mismos, cuando todo el mundo les decía que apestaban (nunca pretendieron otra cosa que apestar). “Así que escribimos otra canción, con un duro grabamos una demo, no les gustaba el sonido, no encajábamos los tiempos, la emisora de radio dijo: “Es demasiado Ruidoso”, así que lo llevamos a las calles, para demostrales que estaban equivocados”.

Sigue el tema del disco. El tema del año. La mejor canción que se ha publicado en muchos, muchos años: “Down at the Whiskey”. Estos tipos tenían ganado el infierno hace mucho, pero con este tema, sus honores para ello se multiplican hasta el infinito. Esta canción es perfecta. Completamente glam rock. 100%. El riff entrecortado de Mick es de los que ponen los pelos de gallina, la melodía es infecciosa y el estribillo es jodidamente perfecto. Las letras nos llevan de vuelta a los viejos tiempos, cuando se emborrachaban en las calles con el dinero de sus novias y montaban escándalos en el Whiskey a Go-Go, uno de los locales más famosos del Sunset Strip.

Es una canción de fiesta, nostalgia y celebración. Una jodida maravilla.

A Continuación tenemos el primer single y tema título “The Saints of Los Angeles”(pincha sobre el título para el vídeo), un tema mucho más duro que los dos anteriores, más en la línea del primero, también con su propia intro con susurros y línea de bajo y sobre todo, un estribillo matador. Las letras, en la línea de las anteriores, jactándose de sus correrías por Los Angeles “Si piensas que esto es loco, aún no has visto nada, espera a que nos prendamos fuego” (cosa que solían hacer, prender los pantalones de Nikki Sixx en llamas durante los conciertos. Como puede verse en el vídeoclip de “Live Wire”).

Sigue “MotherFucker of The Year” (pincha sobre el título para el vídeo) un jodido temazo como la copa de un pino. En esta ocasión es un tema con un sonido más moderno, con unas líneas más arrastradas, un estilo a un moderno “Too Young To Fall In Love” del siglo XXI. La temática, la misma, “Soy el gato más negro de la calle (…) deberías tener cuidado, soy una granada sin anilla (…) querrían que desapareciese, soy el hijo de puta del año”.

La siguiente “The Animal in Me” es la canción con un aire más moderna de todo el álbum, la única donde el pistón se relaja un poco, el medio-tiempo del disco. Pero la letra tampoco es que sea de lo más romántica: “Porque cuando pruebo un poco de ti, encuentro algo en lo que hundir mis dientes, es una enfermedad que no se cura, es el corte más profundo que sientes, es la parte de ti que alimenta al animal que llevo dentro, es la parte oscura de la lujuria, es nuestra otra cara, es la parte de ti que alimenta, al animal que llevo dentro”.

“Welcome to the Machine” pisa de nuevo el acelerador, Tommy golpeando con más fuerza que nunca y un ritmo machaca cerebros. Un tema de hard rock pasado de vueltas, esta vez sobre el mundo discográfico: “Bienvenido a la máquina, una vez te succiona, nunca te deja escapar, te tritura hasta que te escupe, después de todo sólo eres un pedazo de carne, bienvenido a la máquina”.

Sigue otro de los grandísimos momentos del “SOLA”, “Just another Psycho”, un temazo de los que hacen historia. Un riff con aire enfermizo, un trabajo de batería espectacular, una composición muy trabajada que fluye de forma natural y unas letras que encajarían en cualquier disco de Alice Cooper: “Empujado a un agujero, cubierto con mierda /no es forma de tratar a alguien a quien no herir sus sentimientos/ no necesito motivos para herirte sólo por diversión/ aterrorizaré tu vida perfecta/ deberías correr./ No estoy bien, las voces en mi cabeza siempre dicen…Debería ser cometido/pero siendo tan retorcido/ todo el mundo sabe que sólo soy otro psicópata”.

Sigue “Chicks = Trouble”, otro temazo glam, pero mucho más acelerado que “What It’s gonna Take” o “Down at the Whiskey”, más cercano a “Welcome to the Machine”. El título lo dice todo, y las letras ahondan más en ello: “Sé que no debería decirlo, pero realmente pensé que este coño era de oro… Chicas = Problemas, siempre piso la mierda… Oh, sí, tengo un Jet, mis pelotas están endeudadas, y todo lo que ella oye es cha-cha-ching”.

“This ain’t a Love Song” es otra de mis preferidas. Es una pieza más grave, con mucho Groove, muy rítmica y de tono oscuro. Comienza sólo con el ritmo de batería de Tommy y luego se suman el resto de instrumentos. Las guitarras suenan entrecortadas durante las estrofas, el pre-chorus es mucho más melódico y el estribillo tiene, también, un aire enfermizo de resaca. ¿Y de qué trata en esta ocasión? “This ain’t a love song, It’s Just a Fuck song”.

“White Trash Circus” es otro tema glam al estilo Mötley Crüe, llegados a este punto de la historia las tensiones en el seno de la banda se hacían insoportables: “He vivido en la carretera como un año y medio, Si hacemos una milla más, vamos a patearnos en el culo unos a otros, alguien tiene que irse o alguien va a morir, y no nos importa una mierda porque lo amamos hasta la muerte”. Ha sido editado como tercer single y aquí puede verse el vídeoclip del tema.

Y para acabar “Goin’ Out Swinging”, un tema super-acelerado, otro machaca cerebros desafiante: “Un gang de cuatro, cubrimos las espaldas de cada uno, salimos a por sangre como una jauría de perros salvajes, desgarrando el mundo, nos metimos en el infierno sólo para tener algo que contar, no puedes pararnos porque, salimos de marcha, si tienes las pelotas de pelear, muéstralo”.

Si quieres conseguir la mejor colección de canciones de los últimos años, si quieres esuchar un trabajo de guitarra espectacular, si quieres que el mejor batería del planeta te reviente los sesos, si quieres oír algo sucio y degenerado, si quieres escuchar historias reales del lado salvaje, si quieres correrte las mejores juergas que puedas, si necesitas música con actitud, violencia sónica, surgida del corazón de gente que ha sido el mismísimo diablo, éste es el puto disco.